STARCRAFT II Legacy Of The Void


Pese a ser lanzado en el 2010, Starcraft II ha cumplido con sus fans, con una notable y difícil tarea que es mantener vivo el género de juegos de estrategia en tiempo real.

 

La compañía Blizzard, ha logrado que además que el titulo permanezca reconocido como un estelar en los eSports. Por tal motivo su segunda expansión llamada Legacy of the Void resulta importante.

 

Especialmente por su misión de cerrar un ciclo en el juego. Comienza el inicio con una batalla dando alas a la libertad con los Terran.


Después encarnamos a la Reina de las Cuchillas y somos parte del enjambre Zerg. Hoy con el Legado del Vacío conocemos los momentos finales de una guerra que ha estado bajo nuestro mandato durante 17 años.

Durante el juego:

Antes de conocer la nueva expansión teníamos en claro que en dicho episodio estaría enfocado en la raza Protoss. Una sociedad guerrera, la cual no esta para nada unida pese a lo que parezca. Si has seguido la historia de Starcraft sabrás que esta dividida en facciones y pueblos con un diferente pensamiento.

 

El Khala, el conocimiento místico de toda la especie, es lo único que los une. Sin embargo, esta esencia espiritual ha sido corrupta por Amon, la voz oscura. Por ello, los Protoss deben unificarse bajo el comando de Artanis y combatir codo con aliados imprevisibles. El mantener el ciclo eterno en el universo es, simplemente, el objetivo primordial. Así como la restauración de Aiur, su mundo natal.

 

Una legendaria nave, la Lanza de Adún, se convierte en un punto clave de la campaña. No sólo sirve de base para las tropas de Artanis. También es un lugar en el cual puedes personalizar tus tropas con las unidades que cada facción Protoss ha sumado a la causa. Además, cuenta con la posibilidad de asistirte a distancia en el campo de batalla. Desde recoger tus recursos en automático, transposicionando pilones y hasta lanzar ataques de altísima potencia. Es un elemento nuevo que, además, se convierte en un espacio fundamental para la narrativa. Allí tú y tus aliados toman decisiones intensas.

 

Las misiones de la campaña tienen dos objetivos concretos. En primera instancia, enseñarte a jugar con los Protoss. A su vez, te da la perspectiva de qué puedes lograr con las nuevas unidades. Como es tradición, la dificultad puede ser ajustada de acuerdo con tus necesidades como jugador.

 

Otro detalle que destacar de cada una de las misiones es que mantienen de forma muy correcta el flujo de la historia. Más que dirigir unidades para lograr un fin, su ritmo de juego te hace sentí partícipe de los acontecimientos que surgen a su alrededor.

 


No eres un jugador observante, eres Artanis dirigiendo las tropas e interviniendo por momentos con las opciones que otorga la Lanza de Adún. Claro, si es que no tienes que bajar tú mismo a resolver las situaciones. Dicho sentimiento es casi exclusivo de los RTS de Blizzard y claro, permanece.

 

La historia es un episodio definitivo para la historia de Starcraft en general, no sólo de su segunda entrega. Por ello, es básico que conozcas los sucesos de anteriores episodios o al menos tengas nociones al respecto. Incluso un prólogo, Susurros del Olvido, está disponible para ofrecerte más detalles al respecto. ¿Por qué? Porque es el momento en que cabos se atan en diversos puntos y más de un personaje reclama su sitio en el universo. Conceptos clave exhibe su relevancia total y por ello a la narrativa le cuesta mucho contextualizar diversos acontecimientos.

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